¿Qué es la autofagia?

La autofagia es el proceso de control de calidad de la célula para eliminar los desechos celulares, residuos, microorganismos y compuestos no deseados. Durante este proceso de limpieza, los productos de desecho acumulados son llevados a un compartimento en las células conocido como lisosoma, a fin de que puedan ser destruidos y posiblemente reutilizados. 

La ciencia e importancia de la autofagia es un descubrimiento relativamente nuevo. En el 2016, Yoshinori Ohsumi ganó el Premio Nobel en Fisiología o Medicina por sus descubrimientos de los mecanismos para la autofagia.

La autofagia mejorada ha sido descubierta en seres humanos centenarios excepcionalmente saludables y parece ser un objetivo clave para tener una vida más prolongada y saludable. La genética desempeña un rol en la autofagia, pero la dieta, el estilo de vida y los suplementos nutricionales pueden influir considerablemente sobre la expresión de los genes relacionados con la autofagia. 

Consecuencias de la autofagia deficiente 

Antes de resaltar cómo mejorar la autofagia específicamente, es importante señalar nuevamente que la autofagia deficiente puede tener varias consecuencias. Entre estas se encuentran, por ejemplo, un incremento en el daño oxidativo, pérdida del control en la acumulación y descomposición de proteínas, función mitocondrial disminuida y otros problemas asociados con un mayor ritmo de envejecimiento celular. Estos efectos tienen un impacto sobre cada tejido del cuerpo, especialmente en el cerebro, ya que es el tejido con mayor actividad metabólica. El declive en la autofagia relacionado con la edad también es el responsable de la sarcopenia: la pérdida progresiva de masa muscular y fuerza asociada con el envejecimiento1.

Envejecimiento e inflamación por edad avanzada

Una de las claves para ayudar a su cuerpo a lidiar con los residuos celulares es previniendo su formación y acumulación desde el principio. El envejecimiento acelerado en los seres humanos se caracteriza por un estado de inflamación crónica de baja intensidad. Este proceso se conoce como 'inflammaging' (inflamación por edad avanzada) y esa inflamación también da lugar a una autofagia disminuida2

Entre los desencadenantes de la inflamación por edad avanzada están el control deficiente del nivel de azúcar en sangre y la falta de factores nutricionales vitales que combatan la inflamación. Los alimentos que combaten la inflamación incluyen a los ácidos grasos omega 3, las frutas ricas en polifenoles y los vegetales ricos en carotenoides3. Con la inflamación por edad avanzada, la función mitocondrial se reduce principalmente debido al daño y al estrés causados por los radicales libres y las sustancias químicas que promueven la oxidación. Las mitocondrias son los compartimentos en las células que crean las divisas de energía de nuestro cuerpo: el adenosín trifosfato (ATP). Y la disminución en la función mitocondrial es otro factor que da lugar a una autofagia disminuida.

Normalmente, a medida que las personas envejecen, se produce un deterioro en la cantidad y función de las mitocondrias. Esto da lugar a una reducción en la producción de energía (ATP), lo que a su vez produce la filtración de los compuestos inflamatorios desde la mitocondria y una formación más significativa de desechos celulares dentro de la misma célula. Por consiguiente, el término "garb-aging" (envejecimiento por los desechos) se usa para describir los efectos de la acumulación excesiva de desechos celulares, autofagia disminuida o ambas2

Cómo promover la autofagia

Para prevenir el envejecimiento por los desechos y preservar la autofagia, debe reducir la formación de desechos celulares excesivos y reforzar la función mitocondrial5. Aquí se presentan algunos pasos fundamentales para ayudar a alcanzar estas metas:

  • El ejercicio, movimiento corporal y la respiración diafragmática son los factores clave que mantienen la autofagia funcionando adecuadamente para eliminar los residuos celulares y combatir el envejecimiento causado por los desechos. 
  • Consumir una dieta que promueva la salud, rica en frutas y verduras coloridas, nueces y semillas y con una cantidad adecuada de proteína.
  • Evitar el azúcar y el consumo excesivo de carbohidratos y calorías.
  • Ayunar de manera intermitente: un método popular es el ayuno diario de 16 horas con un período de alimentación de 8 horas.
  • Incluir regularmente en su dieta superalimentos como la espirulina y otras superverdurascacao crudo, bayas, té verde (especialmente el matcha), etc.
  • ¡Agregue especias! Use especias y hierbas en cantidades generosas en la dieta para aprovechar sus beneficios que reducen el envejecimiento por desechos y protegen la mitocondria.
  • Tome suplementos nutricionales esenciales para fomentar la buena salud:
  • Para ayudar aún más a reducir el envejecimiento por desechos y promover la salud mitocondrial, considere usar:
    • N-acetilcisteína (NAC) o L-glutatión. Ambos antioxidantes, a una dosis de 500 mg dos veces por día, mejoran los niveles de glutatión, fomentan las reacciones de desintoxicación y protegen la mitocondria. 
    • Ubiquinol—100 a 200 mg por día. El ubiquinol es la forma de coenzima Q10 (CoQ10) que mejor se absorbe. Por lo general, los niveles de CoQ10 disminuyen con la edad. También se observan niveles bajos en muchas patologías, especialmente entre las personas que toman estatinas o que padecen de problemas cardiovasculares como angina, presión arterial alta, prolapso de la válvula mitral e insuficiencia cardíaca congestiva. Tomar CoQ10 es un póliza de seguro para ayudar a la mitocondria a funcionar de una manera óptima.

Autofagia y espermidina

Hay más de 40 genes distintos que participan en los procesos de autofagia. Sin embargo, la sobreexpresión de un gen esencial de la autofagia (ATG5) es una de las principales determinantes de los procesos de autofagia asociados con una mayor expectativa de vida en los seres humanos. 

La expresión del ATG5 se reduce en respuesta al daño oxidativo y de los radicales libres y al deterioro en la función mitocondrial. Por lo tanto, las recomendaciones señaladas anteriormente son esenciales para mejorar la autofagia por esos motivos. 

Uno de los factores nutricionales vitales asociados con la mejora en la autofagia es la espermidina7. Como su nombre lo indica, la espermidina fue descubierta como cristales vistos bajo un microscopio en una muestra de semen humano en 1678 por el famoso científico holandés Anton Van Leeuwenhoek, comúnmente conocido como "el Padre de la Microbiología". Como cabe esperar, la espermidina es muy importante para la función de los espermatozoides, pero también desempeña un rol significativo en las células a lo largo del cuerpo.

La espermidina puede unirse y activar moléculas fundamentales que participan en el crecimiento celular, la expresión genética y la síntesis de proteínas. La espermidina también desempeña un importante rol en la regulación de la respuesta inmunitaria y en el sistema antioxidante. 

La espermidina ayuda a combatir el envejecimiento celular a través de varios mecanismos. Esta ejerce una considerable actividad antioxidante, especialmente en la protección de los lípidos de las membranas y los ácidos nucleicos. Pero su rol optimizador de la autofagia y la función mitocondrial es el que produce efectos antienvejecimiento sustanciales7.

Además de sus fuentes nutricionales, la espermidina puede ser producida a partir del aminoácido ornitina en el cuerpo humano. Aun así, las concentraciones de tejidos se deterioran con la edad, principalmente a causa del declive en las actividades de las enzimas que sintetizan la espermidina. Un mayor consumo de espermidina está asociado con una menor tasa de mortalidad general, incluyendo menor mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares8-10. La espermidina también demuestra ser promisoria para la protección frente a los efectos del envejecimiento del cerebro, para mejorar la función hepática y el metabolismo en general y para proteger frente al deterioro del disco intervertebral. 

La espermidina también se encuentra en muchos alimentos. El germen de trigo, los granos enteros, las legumbres, alimentos a base de soya y hongos brindan el mayor contenido. Los quesos añejos y alimentos fermentados, además del pollo o hígado de res, también son buenas fuentes. 

La ingesta nutricional de espermidina varía considerablemente en función de la ingesta de alimentos ricos en poliaminas. La ingesta diaria estimada de espermidina para los adultos en Estados Unidos y Europa es aproximadamente 12.5 mg por día. Tres cucharadas de germen de trigo brindan alrededor de 5 mg de espermidina, o cerca del 40 % de la ingesta diaria habitual. 

Se han realizado varios ensayos clínicos con el germen de trigo o extractos de germen de trigo en pacientes ancianos con deterioro en la memoria y la función cognitiva10-13. Por ejemplo, un estudio de tipo doble ciego se enfocó en el efecto de la ingesta de germen de trigo en 85 personas entre 60 y 96 años de 6 casas de reposo13. Un grupo recibió un bollo de grano (bollo A) con germen de trigo, donde cada bollo A brindaba 3.3 mg de espermidina. El segundo grupo recibió bollos horneados con salvado de trigo en vez de germen de trigo (bollo B) que brindaban 1.9 mg de espermidina por bollo. Además de las pruebas de memoria, se tomaron muestras de sangre para medir los niveles de espermidina en la sangre. Los resultados demostraron una clara vinculación entre la ingesta de espermidina, los niveles de espermidina en la sangre y la mejora en el desempeño cognitivo y la memoria. Según estos resultados y los exámenes de sangre, la dosis diaria mínima de espermidina necesaria para generar mejoras fue de 3.3 mg (aproximadamente dos cucharadas de germen de trigo). 

Suplementos nutricionales para mejorar la autofagia

La vitamina D3los aceites de pescado ricos en ácidos grasos omega 3 y antioxidantes vegetales como el resveratrol, el extracto de semillas de uva, la curcuminaNAC y la CoQ10 mejoran la autofagia. A continuación, se presenta más información acerca del resveratrol y la nicotinamida mononucleótida, ya que estos dos suplementos nutricionales se han vuelto muy populares como optimizadores de la autofagia y trabajan muy bien juntos.

Resveratrol

El resveratrol es un compuesto polifenólico que se encuentra en dosis bajas en las uvas (solo en la cáscara), el vino tinto, los cacahuates y los arándanos. La mayoría de los suplementos con resveratrol usan la hierba nudosa japonesa (Polygonum cuspidatum) como fuente. 

El resveratrol tiene muchos beneficios únicos para la salud como un regulador esencial de los mecanismos de defensa celulares14-16. Funciona bien dentro de una estrategia integral para combatir el envejecimiento. El resveratrol mejora la autofagia y activa la enzima conocida como sirtuina 1, que desempeña un rol esencial en la regulación de los ciclos vitales de las células; también potencia la función cerebral y promueve la mejora en el control del nivel de azúcar en sangre optimizando la acción de la insulina.

Varios estudios clínicos han mostrado que los tremendos efectos antienvejecimiento del resveratrol producidos en los estudios en animales también se traducen a los seres humanos16,17. En particular, el resveratrol reduce los marcadores de la inflamación cerebral asociados con el envejecimiento y la función mental deficiente en adultos mayores. Como resultado, el resveratrol mejoró el estado de ánimo, la cognición mental y los puntajes en las mediciones de las actividades de la vida cotidiana en adultos mayores. En otras palabras, ayudó a que actúen y se sientan más jóvenes. La mejora en la autofagia es probablemente uno de los motivos clave. Y lo hace de manera segura y sin efectos secundarios.

Nicotinamida mononucleótida

La nicotinamida mononucleótida es una forma única de vitamina B3 que ejerce efectos beneficiosos al incrementar los niveles de Nicotinamida adenina dinucleótido (NAD+), un compuesto esencial en la producción de energía y muchos procesos celulares18,19. Dado que los niveles de NAD+ disminuyen con la edad, incluso con una ingesta adecuada de otras formas de vitamina B3, restablecer los niveles mermados de NAD+ con nicotinamida mononucleótida también está emergiendo como parte de una estrategia para combatir el envejecimiento y promover la salud celular. Los bajos niveles de NAD+ en nuestras células y en todo el cuerpo pueden producir 20,21:

  • Una disminución en el metabolismo, lo que provoca un aumento de peso y un control deficiente del nivel de azúcar en sangre
  • Fatiga
  • Reducción de la salud de los vasos sanguíneos
  • Pérdida muscular relacionada con la edad (sarcopenia)
  • Pérdida de la memoria y deterioro mental relacionados con el envejecimiento
  • Pérdida de la vista y del oído relacionada con el envejecimiento 

Muchos de estos problemas podrían ser el resultado de una autofagia deficiente. 

Referencias:

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