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Por Dra. Lori Shemek, consultora nutricional certificada
¿Sabía que no solo tenemos un microbioma, sino que también existe una conexión entre el intestino y el estrógeno llamada estroboloma, que desempeña un papel fascinante en nuestra salud y bienestar? Cada vez hay más investigaciones que demuestran los efectos de la microflora intestinal sobre el estado de los estrógenos y la salud tanto femenina como masculina.
En algún momento de la vida, es probable que hayas percibido que existe cierto tipo de conexión entre su salud intestinal y las hormonas que se manifiesta en forma de hinchazón premenstrual. Pero ¿alguna vez ha pensado que el acné, el dolor menstrual, el síndrome premenstrual, la endometriosis o los fibromas podrían deberse no solo a las hormonas, sino a algo que sucede en el intestino?
En primer lugar, hablemos de nuestro microbioma intestinal, un elemento clave en todos los aspectos de nuestra salud, peso, salud inmunitaria y bienestar mental. Tendemos a pensar que nuestro intestino es distinto de todas las áreas de nuestro cuerpo, cuando en realidad todo se conecta a él.
A veces podemos sufrir un desequilibrio de nuestro microbioma intestinal que, en última instancia, afecta de forma negativa nuestro estroboloma. Lo ideal es que exista una abundancia de bacterias intestinales sanas y diversas y un gran número de ellas. Además, nos conviene mantener un nivel muy bajo de microbios intestinales no saludables.
Podemos pensar que nuestro intestino es nuestro jardín intestinal. Para optimizar la salud del intestino, lo primero que hay que hacer es arrancar la maleza para preparar el jardín o el intestino. ¿Cuál es esa maleza? Los alimentos refinados y procesados con alto contenido en azúcar, con poca fibra, que contienen aceites industriales poco saludables como el de canola o el vegetal, que son comida chatarra o comida rápida. Estos alimentos, sobre todo el azúcar, alimentan literalmente a los bichos intestinales nocivos. Esta microflora nociva tiene un efecto perjudicial en todas las áreas de nuestra salud y peso. Necesitan estos alimentos tóxicos para prosperar y sobrevivir. Los bichos intestinales buenos necesitan fibras prebióticas (los prebióticos son fibras que el organismo no puede digerir pero que pueden ayudar a las bacterias buenas a crecer en el intestino) o diversidad de plantas como los polvos prebióticos, la fécula de papa y alimentos como los frijoles, los plátanos, la achicoria, las cebollas, los puerros, las alcachofas, los aguacates, el plátano sin madurar, el chocolate negro, el ajo, los espárragos, las manzanas, las hojas de diente de león y muchos más.
Así que ahora que ha dejado de alimentar a sus bichos intestinales nocivos o ha “arrancado la maleza”, es el momento de que “plante su jardín intestinal” con probióticos. Los probióticos son bacterias saludables que provienen de alimentos fermentados o cultivados como el yogur, el kimchi, las aceitunas, los encurtidos, el requesón y el natto, por nombrar algunos. Estas son las bacterias necesarias para equilibrar nuestras hormonas, el sistema inmunitario, el peso y mucho más.
Por último, queremos “fertilizar nuestro jardín intestinal” con las mencionadas fibras prebióticas procedentes de plantas o suplementos. Ahora que nuestro jardín intestinal está sano y equilibrado, también nuestras hormonas lo estarán.
El estrógeno desempeña muchas funciones fundamentales en el cuerpo humano, entre ellas influir en la regulación de la grasa corporal, la función reproductiva femenina, la salud cardiovascular, la salud ósea e incluso la salud cognitiva, como la memoria.
Las investigaciones más recientes han demostrado que existe una conexión entre el intestino y los estrógenos, denominada estroboloma.
Nuestro intestino desempeña un papel fundamental en la regulación de las hormonas, como el estrógeno, dentro del organismo, tanto en hombres como en mujeres. De hecho, producimos estrógeno las 24 horas del día. El estroboloma influye en la actividad del estrógeno y, por consiguiente, en el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer de mama, la endometriosis, el cáncer de próstata y otros cánceres provocados por el estrógeno. El organismo realiza una desintoxicación natural del estrógeno. El hígado prepara el estrógeno de forma que sea fácil de eliminar a través de los riñones. A veces este proceso se ve obstaculizado por la actividad del microbioma intestinal.
El microbioma intestinal desempeña un papel importante en el metabolismo de los estrógenos, lo cual tiene repercusiones en muchas enfermedades, como el cáncer de mama, ya que el propio estrógeno puede favorecer el crecimiento de las células cancerosas. Se ha descubierto que la disbiosis, que consiste en la alteración de los microbios intestinales, podría influir en esta situación. Los niveles saludables de estrógeno promueven un intestino saludable y viceversa. No obstante, hay que tener en cuenta que nuestro estroboloma solo puede funcionar correctamente si el microbioma está sano y contiene el tipo y la diversidad adecuados de microbios intestinales.
Es posible producir estrógenos a partir de alimentos de origen vegetal, como las semillas de linaza, , las verduras de hoja verde y las legumbres (por ejemplo, lentejas, los garbanzos y el tofu). Todas ellas contienen compuestos llamados fitoestrógenos, compuestos vegetales naturales que son similares desde el punto de vista estructural o funcional a nuestros propios estrógenos.
Un dato importante: nuestra salud bucal forma parte de nuestro microbioma y se ve afectada por el desequilibrio de los estrógenos, así que es de vital importancia cuidarla. Al reforzar la salud de nuestro microbioma, reforzamos nuestra salud bucal, nuestro estroboloma y viceversa.
El intestino es el factor más importante que interviene en la desintoxicación y el metabolismo de los estrógenos. Entre los factores específicos de la alimentación y el estilo de vida que suelen alterar el microbioma intestinal se encuentran la alimentación general, el desequilibrio de la glucosa en sangre, los antibióticos, el consumo de azúcar, la falta de verduras, la falta de probióticos y prebióticos, el consumo excesivo de alcohol, la falta de ejercicio, la falta de sueño y el estrés crónico.
Las hormonas estrógeno y progesterona afectan la manera en que las células responden a la insulina. Si hay un desequilibrio en el intestino, el estroboloma libera una gran cantidad de cierta enzima, la beta-glucuronidasa, que provoca que los estrógenos nocivos circulen de forma constante por el organismo.
Se sabe que los cambios en la alimentación con suplementos específicos influyen de forma positiva y equilibran el microbioma intestinal general. Se pueden utilizar nutracéuticos, probióticos y productos botánicos específicos para promover un microbioma sano y protector que favorezca el metabolismo y la excreción de estrógenos.
No existe una sola hierba o suplemento que sirva para todo lo relacionado con las hormonas. Es fundamental que determine mediante un panel hormonal qué tipo de desequilibrio hormonal podría sufrir y velar por la adopción de un estilo de vida saludable, como una alimentación antiinflamatoria que contenga una gran cantidad de nutrientes y fibras que ayuden a optimizar la salud intestinal y la salud del estroboloma.
Elegir alimentos integrales, no alimentos ultraprocesados como pasteles, galletas, papas fritas, comida rápida, etc. que sólo fomentan una mala salud intestinal (recuerde que con estos alimentos está alimentando la microflora intestinal nociva y, en última instancia, su estroboloma). Otras opciones de estilo de vida saludable también influyen mucho, como hacer ejercicio con frecuencia, evitar los azúcares añadidos, beber agua, comer más frutas y verduras, estar de pie más tiempo que sentado en exceso, mantener un peso corporal correcto, dormir bien y reducir el estrés crónico. Con estas elecciones saludables que realiza cada día no sólo optimizará su salud intestinal y su salud general, sino también la de su estroboloma.
