‌‌¿Qué función tienen nuestros riñones?

El objetivo principal de los riñones es filtrar la sangre y excretar la orina. Después de filtrar la sangre, se crea orina, que pasa a los uréteres (los tubos que conectan cada riñón con la vejiga) y se almacena en la vejiga hasta que sale del cuerpo a través de la uretra. Este proceso ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo y a mantener el equilibrio de electrolitos fundamentales como el sodio, el potasio, el calcioy el magnesio.

‌‌‌‌¿Qué son los cálculos renales?

Cuando la orina contiene más sustancias cristalinas de las que esta puede diluir, se pueden desarrollar cálculos renales. Estos también bajan al uréter, donde pueden atascarse. Cuando esto ocurre, el dolor puede ser insoportable. Los cálculos renales son muy comunes y afectan a un 10 % de la población.

‌‌‌‌Síntomas de los cálculos renales

Por lo general, los síntomas de los cálculos renales surgen rápidamente, y también es posible que se desaparezcan rápidamente. Los cálculos pueden causar dolor en el flanco del cólico, que tiende a irradiarse desde la parte media de la espalda hacia abajo en la ingle o la zona inferior del abdomen. Los cálculos también provocan náuseas, vómitos o dificultad para encontrar una posición cómoda. Además, las personas con cálculos renales pueden notar sangre en la orina o una orina de color más oscuro. 

‌‌‌‌3 tipos de cálculos renales

Calcio (80 %)

Los cálculos de calcio representan el 80 por ciento de todos los cálculos renales. Pueden ser de oxalato de calcio o de fosfato de calcio y se producen como resultado de una concentración excesiva de calcio en los riñones o en la orina. Sin embargo, las causas son numerosas y no son simplemente una consecuencia de un exceso de calcio. 

Cálculos de ácido úrico (5 a 15 %)

El ácido úrico es un producto de desecho que se encuentra en la orina y es responsable de su olor característico. Cuando está presente en cantidades excesivas, puede provocar la formación de cálculos de ácido úrico. Entre los factores de riesgo para el ácido úrico elevado se incluyen la prediabetes, la diabetes, el sobrepeso, la obesidad, la gota y una dieta alta en proteína animal pero baja en verduras 

Cálculos de estruvita o de infección (5 %)

Estos cálculos se producen en quienes padecen infecciones crónicas del tracto urinario. 

‌‌‌‌Factores de riesgo para el desarrollo de cálculos renales

  1. Deshidratación crónica, baja ingesta de agua (aumenta el calcio, el ácido úrico, los cálculos de estruvita)
  2. Dieta con alto contenido en sal (puede producir cálculos de calcio)
  3. Dieta con alto contenido de proteínas animales (puede producir cálculos de ácido úrico)
  4. Diarrea crónica (puede producir cálculos de calcio)
  5. Obesidad (puede producir cálculos de calcio y ácido úrico)
  6. Antecedentes familiares de cálculos renales

‌‌Refrescos limonada y cálculos renales 

Un alto consumo de azúcar está relacionado con un aumento de la excreción de calcio, lo que probablemente explica por qué los diabéticos tienen un mayor riesgo de padecer cálculos renales. Un estudio de 2013 que evaluó a más de 194 000 personas concluyó: “El consumo de refrescos y ponches endulzados con azúcar está relacionado con un mayor riesgo de formación de cálculos, mientras que el consumo de café, té, cerveza, vino y jugo de naranja está relacionado con un riesgo menor”. Pero no todo los zumos cítricos son beneficiosos. En un estudio realizado en 1998 se demostró que el jugo de toronja estaba relacionado con un aumento del 44 % en el riesgo de formación de cálculos renales.

Hay buenas noticias. Según un estudio realizado en 2019, añadir limonada a la dieta puede ser beneficioso. Se concluyó que “la limonada dietética puede proporcionar una opción baja en calorías, sin azúcar y rentable para disminuir el riesgo de nefrolitiasis cálcica recurrente gracias a un aumento considerable del volumen de orina, el aumento del citrato urinario y la reducción de la supersaturación de oxalato de calcio y fosfato de calcio”. En un estudio realizado en 2005 se demostró también que el zumo de limón puede ser beneficioso.

‌‌‌‌Dieta y cálculos renales

Quienes presentan cálculos renales recurrentes deben prestar mucha atención a su dieta. Por lo general, los médicos recomiendan a las personas con antecedentes de cálculos de oxalato de calcio que eviten los alimentos ricos en oxalatos, como las espinacas, el ruibarbo, la sémola de maíz, las papas al horno, las papas fritas y las batatas, entre otros. 

En un estudio realizado en 2014 se afirmó que “el método dietético más eficaz para prevenir la enfermedad de los cálculos renales es una restricción leve de las proteínas animales, un consumo equilibrado de carbohidratos y grasas, y un alto consumo de frutas y verduras”. Además, debe tenerse en cuenta que una dieta con bajo contenido de sodio puede servir de protección contra los cálculos renales En un estudio realizado en 2020 se llegó a la conclusión de que una dieta vegetariana que incluyera productos lácteos es la dieta más eficaz y de mayor protección para las personas que sufren de cálculos renales. En otro estudio realizado en 2020 se concluyó que la dieta mediterránea también puede resultar beneficiosa. 

En un estudio realizado en 2002 se determinó que una dieta con bajo contenido de carbohidratos o cetogénicos puede aumentar el riesgo de padecer cálculos renales. Para quienes siguen una dieta cetogénica o están considerando esa opción, es necesario tener en cuenta el riesgo y los beneficios. Personalmente, he visto a más de cien pacientes seguir la dieta cetogénica y no he visto que ninguno desarrollara cálculos renales. 

‌‌‌‌Método convencional para tratar los cálculos renales 

El método médico habitual para tratar los cálculos renales incluye medicamentos y/o cirugía. Los medicamentos más utilizados abarcan opiáceos (hidrocodona, oxicodona, morfina) para el dolor o la tamsulosina, que ayuda a expulsar el cálculo del uréter. Los cálculos de menos de 5 a 6 mm de tamaño pueden desaparecer por sí solos con el tiempo. 

Cuando el tiempo o los medicamentos no son suficientes, o si el cálculo tiene un tamaño superior a 6 mm, se puede considerar la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica por parte de un urólogo. Las intervenciones quirúrgicas pueden incluir litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC), ureteroscopia (URS) o nefrolitotomía percutánea (NLPC). 

‌‌‌‌6 suplementos naturales para tratar los cálculos renales

Se ha demostrado que los suplementos naturales como el magnesio, el citrato de potasio, el calcio, la vitamina C, la vitamina D y la coenzima Q10 ayudan al tratamiento de los cálculos renales.

Magnesio

El magnesio es necesario para que se produzcan más de 350 reacciones bioquímicas en el cuerpo humano. Cuando el cuerpo es deficiente, existe un mayor riesgo de que se produzcan palpitaciones cardíacas, calambres en las piernas, hipertensión arterial y cálculos renales. 

El magnesio inhibe la formación de cristales de oxalato de calcio en la orina. Su uso para la prevención de los cálculos renales se conoce desde los siglos XVII y XVIII. Ahora en el siglo XXI, estamos redescubriendo sus beneficios otra vez. 

Según un estudio realizado en 1982, la ingesta de magnesio redujo en diez veces la formación de cálculos en las personas afectadas. Además, el 85 por ciento de los pacientes que normalmente promediaban casi un cálculo por año, no presentaron cálculos renales tres años después. Los investigadores llegaron a la conclusión de que “el tratamiento con magnesio en la enfermedad de cálculos renales de calcio es eficaz y tiene pocos efectos secundarios. No se observaron signos clínicos de exceso de magnesio”.

Además, según un estudio realizado en 1988, unos menores niveles de magnesio en la orina aumentaban el riesgo de desarrollar cálculos renales. Esto fue confirmado por un estudio realizado en 2020, en el que se demostró que unos niveles bajos de magnesio en la sangre se relacionaban con un mayor riesgo de padecer cálculos renales. Dosis sugerida: 125 a 500 mg al día.

Citrato de potasio

El citrato de potasio se une al calcio urinario, lo que impide la formación de cálculos de calcio. Además, el citrato se une al oxalato de calcio, lo que evita que los cálculos de calcio, si están presentes, se agranden. 

Un estudio publicado en 2009 en la revista Pediatrics demostró que el citrato de potasio era un tratamiento eficaz para la prevención de los cálculos renales. En un estudio realizado en 2010 también se demostró la eficacia del citrato de potasio en la prevención de los cálculos renales en pacientes afectados por la espongiosis medular renal (EMR), una afección relacionada con los cálculos de calcio recurrentes. Se puede tomar tanto magnesio como citrato de potasio. Dosis sugerida: según lo indicado en la etiqueta.

Calcio

En el pasado, se recomendaba una dieta baja en calcio para ayudar a prevenir los cálculos renales. A primera vista, esto parece tener sentido, pero los estudios no lo respaldan, ya que una dieta baja en calcio en realidad provoca un aumento en la absorción intestinal de oxalato, lo que produce más cálculos renales. En realidad, las dietas ricas en calcio parecen prevenir la formación de cálculos renales.

Los beneficios frente a los daños de los suplementos de calcio y los cálculos renales no resultan tan claros. En un estudio realizado en 2015 con personas que tomaban suplementos de calcio se observó un mayor riesgo de formación de cálculos renales. Del mismo modo, un estudio realizado en 2019 reafirmó la misma preocupación. Sin embargo, en un estudio publicado en 2004 en la revista Archives of Internal Medicine no se encontró ningún aumento del riesgo relacionado con los suplementos de calcio y los cálculos renales. 

A pesar de ello, se suele recomendar que una persona que tome un suplemento de calcio también añada magnesio. Además, es posible que una formulación de citrato de calcio sea una mejor opción para quienes se preocupan por los cálculos renales. 

Vitamina C

Hay informes contradictorios cuando se trata de la vitamina C y los cálculos renales. La vitamina C se metaboliza en oxalato, lo que aumenta el riesgo de padecer cálculos renales. Debido a ello, se recomienda habitualmente que las personas con riesgo de padecer cálculos renales eviten las dosis de vitamina C superiores a 1000 mg al día.

Sin embargo, en un estudio realizado en 1999 en el que se estudiaron prospectivamente 85 557 sujetos se llegó a la conclusión de que “la restricción rutinaria de la vitamina C para prevenir la formación de cálculos parece injustificada”. Un estudio publicado en 2016 en la revista American Journal of Kidney Disease ofreció cierta claridad al respecto, ya que en él se determinó que el consumo de suplementos de vitamina C se relacionaba con un riesgo considerablemente mayor de padecer cálculos renales únicamente en los hombres, mientras que no se registró ningún aumento entre las mujeres. Una recomendación prudente sería que el consumo de vitamina C se mantuviera por debajo de los 1000 mg al día si se corre el riesgo de padecer cálculos renales. Además, se puede considerar la posibilidad de añadir magnesio y citrato de potasio. Además, se puede considerar la posibilidad de añadir magnesio y citrato de potasio. 

Vitamina D

La deficiencia de vitamina D es algo común. En el transcurso de la década, miles de estudios han demostrado que unos niveles más bajos de vitamina D están relacionados con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, neurológicas y diversos tipos de cáncer. También hay pruebas de que quienes corren riesgo de padecer cálculos renales tienen más probabilidades de sufrir una deficiencia que otras personas. A algunos les preocupa que el consumo de suplementos de vitamina D pueda aumentar el riesgo de padecer cálculos renales, pero la mayoría de las pruebas indican lo contrario. 

En un estudio realizado en 2013 se afirmó que “la repleción nutricional de vitamina D a corto plazo en los formadores de cálculos con deficiencia de vitamina D no tiene por qué aumentar la excreción de calcio en la orina”. De manera similar, en un estudio de 2016 se demostró que el consumo de suplementos de vitamina D no aumentaba el riesgo de padecer cálculos renales. En un estudio realizado en 2019 se administraron 50 000 UI semanales a los pacientes y se comprobó que aquellos que padecían una deficiencia de vitamina D y recibían suplementos con dosis convencionales no experimentaban necesariamente un aumento de los cálculos renales. Sin embargo, otro estudio del año 2020reveló que es posible que la vitamina D aumente el riesgo de excreción de calcio. 

La conclusión es que una persona que presenta una deficiencia de vitamina D, pero que corre el riesgo de padecer cálculos renales puede considerar la posibilidad de tomar vitamina D, pero también debe tomar precauciones nutricionales y tal vez añadir magnesio y/o citrato de potasio a su régimen vitamínico diario. Dosis sugerida: de 1000 a 5000 UI al día.

Coenzima Q10

La coenzima Q10 (CoQ10), también conocida como ubiquinona, es un nutriente antioxidante natural necesario para la vida y necesario para que las células generen energía. Esto se lleva a cabo, principalmente, en una parte de la célula llamada mitocondria, la planta de energía celular que genera energía en el organismo. La CoQ10 también puede ayudar a proteger los riñones y ser beneficiosa para quienes se someten a la litotricia extracorpórea con ondas de choque (LEOC), un procedimiento quirúrgico para descomponer los cálculos renales. 

En el estudio de 2014, los sujetos recibieron 200 mg de CoQ10 todos los días desde una semana antes de la cirugía y durante una semana después. Los que tomaron la CoQ10 tuvieron mejor función renal y menos inflamación después del procedimiento quirúrgico. 

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